– Corolario: Si quieres que algo te salga bien, no se lo digas a nadie.
– Ley de Isra para alimentos: Te darás cuenta de que un alimento estaba caducado cuando haga dos horas que lo has digerido.
– Ley de Isra para relojes: Un reloj es sumergible hasta que es sumergido.
– Ley de Isra para madrugadas de juerga: Las probabilidades de que una puerta chirríe son directamente proporcionales a lo tarde que llegues a casa.
– Ley del Lalo: Por muy honrado que seas, el día que hagas trampas se las harás a un tramposo.
– Observación de Fergury-Oldmon sobre la alergia: Las alergias solamente se presentarán cuando tu jefe, tu cliente o cualquier persona atractiva del sexo contrario que acabas de conocer esté a la distancia suficiente para recibir en su faz los resultados de tu estornudo.
– Ley Lassmann: Es mejor estar sano y rico que no pobre y enfermo.
– Experimento de Murchoisne (1ª Ley): Si estás intentando clavar en la pared una chincheta y ésta se te cae al suelo, no pierdas el tiempo agachándote a buscarla, porque no estará. Simplemente descálzate un pie y pisa al azar cualquier punto de la habitación, no importa lo grande que ésta sea. La chincheta estará allí.
– 2ª Ley de Murchoisne: Cuando una caja de chinchetas cae al suelo, la última que recojas es siempre la penúltima. (Véase 1ª Ley de Murchoisne).
– Ley de la inoportunidad de los gases de Laverne: Cuanto mayor es la intención de hacer una cagada silenciosa (paredes delgadas, novias o amistades al otro lado de la puerta, etc.) mayor también será la salida incontrolada de sonidos de todas clases, sea cual fuere el cuidado que se ponga en ello.